Érase un país
Que yace en mi memoria
Con grandes columnas y
copiados capiteles
Sostienen cautivas esperanzas
Apretadas entre el odio y el
dinero
Érase un país
Que indaga en mis arterias
Donde la gente linda y
sencilla
Camina de puntillas
Para no enojar al miedo
Érase un país
En el cuenco de las américas
Donde los taxis pasan veloces
Y las calles desalojan las
noches
Con resuellos militares de silencio
Érase un país
Que sueña en mis entrañas
Vívido de sus defectos,
la antihistoria que arremete
Ebria de coca y poder
desde bancas de sus cortes
y legislativos palacetes.
Erase un país
Donde la pobreza declama
En las esquinas de voces
infantiles
Regatean noche y día
un dólar de cansada dependencia.
Érase un país
Donde los desalientos no son
jóvenes
Jóvenes son sin embargo,
los botines de guerra ,
y las voces feministas del
nuevo tiempo.
Érase un país
Que aun teje sus telas
Con roja tinta y calladas
canciones de protesta
Junta día a día,
manos sencillas e impacientes
presencias.
Érase un país, no muy lejos
que yace permanente en mi memoria
Magnifico en si mismo,
Que sacude las ventanas del
tiempo
Y aletea lentamente,
Muy lentamente,
latidos de existencia.
( Asuntos Inconclusos en preparación, septiembre 2012)